Ian Mc Ewan
Para seguir celebrando el dÃa del escritor!
Ian McEwan se cansó de la gira promocional de Solar, que apareció hace unos meses en España por Anagrama, y le concedió a Lluis Amiguet (en La Vanguardia) la última entrevista sobre esa novela, antes de entrar en el ostracismo que precede a una nueva escritura. La entrevista no es propiamente sobre la novela sino sobre el oficio del escritor y sobre su vida, pero vale la pena.
Algunas respuestas:
¿Habrá un dÃa en que los escritores sólo se comuniquen por Twitter?
Ese dÃa dejarán de serlo. Por muchos medios que aparezcan, ninguno es capaz de reflejar la complejidad de las relaciones humanas como una buena novela.
¿Tampoco el cine?
Cuando dos personas se encuentran en una habitación, sólo una novela puede aproximarse a la densidad y delicada textura de las emociones que se despiertan entre ellos.
Pero también ha ido transformándose.
En lo esencial sigue siendo tan idéntica a sà misma como la naturaleza humana, y por ello tan universal y vigente hoy como en Homero. Seguimos sintiendo lo mismo ante la muerte o el amor que los personajes de Shakespeare o Dickens. Por eso los leemos.
¿Por qué se empeñó en escribir?
Fui lector entusiasta y a los 20 años ya sabÃa que sólo querÃa ser escritor. Aspiraba a participar en esa conversación que mantienen todos los escritores entre sà y con los lectores de todas las épocas, lenguas y culturas. QuerÃa hablar con mi voz, pequeñita e ignorada al principio, y luego algo más confiada. (…)
Otros dirÃan que está todo el dÃa solo.
Lo disfruto. Esa es la parte externa del asunto. La interna es que cada dÃa me ilusiono con lo que escribo. Entiendo la literatura como una indagación de todos: escritores y lectores en la naturaleza humana. Intento aprender observando y escuchando, y leyendo más sobre cómo somos. Y después trato de compartirlo.
¿En eso los suyos ayudan o estorban?
Me he casado dos veces: es suficiente para mÃ. Y mis hijos han sido esenciales: aún me enseñan amor y paciencia. Esas relaciones de larga duración con algunas personas son lo más importante de mi vida.
Además están sus personajes.
Me fascina la doble moral: que podamos ser infieles y celosos, como en Solar.
¿Cómo logra que fascine al lector?
Hay que coquetear con su curiosidad. Tienes que lograr atraparla y que le dure bastante para que quiera quedarse contigo las 24 horas que cuesta leer una novela.
¿Cómo?
Calor humano. Además debes conseguir que tu texto se lo brinde y le acompañe. Lo primero es que se crea la novela, y para eso tiene que creerse al autor, su voz, y reconocerle autoridad en humanidad.
¿Cuál es el secreto?
Chéjov con tres frases te hace saber que estás en manos de un maestro.
En Babel:
En las nubes / Los perros negros / Amsterdam / Sábado / Niños en el tiempo / Chesil Beach/ El palcer del viajero / Expiación / Amor perdurable / Solra / Primer amor, últimos ritos (cuentos).
Ian McEwan se cansó de la gira promocional de Solar, que apareció hace unos meses en España por Anagrama, y le concedió a Lluis Amiguet (en La Vanguardia) la última entrevista sobre esa novela, antes de entrar en el ostracismo que precede a una nueva escritura. La entrevista no es propiamente sobre la novela sino sobre el oficio del escritor y sobre su vida, pero vale la pena.
Algunas respuestas:
¿Habrá un dÃa en que los escritores sólo se comuniquen por Twitter?
Ese dÃa dejarán de serlo. Por muchos medios que aparezcan, ninguno es capaz de reflejar la complejidad de las relaciones humanas como una buena novela.
¿Tampoco el cine?
Cuando dos personas se encuentran en una habitación, sólo una novela puede aproximarse a la densidad y delicada textura de las emociones que se despiertan entre ellos.
Pero también ha ido transformándose.
En lo esencial sigue siendo tan idéntica a sà misma como la naturaleza humana, y por ello tan universal y vigente hoy como en Homero. Seguimos sintiendo lo mismo ante la muerte o el amor que los personajes de Shakespeare o Dickens. Por eso los leemos.
¿Por qué se empeñó en escribir?
Fui lector entusiasta y a los 20 años ya sabÃa que sólo querÃa ser escritor. Aspiraba a participar en esa conversación que mantienen todos los escritores entre sà y con los lectores de todas las épocas, lenguas y culturas. QuerÃa hablar con mi voz, pequeñita e ignorada al principio, y luego algo más confiada. (…)
Otros dirÃan que está todo el dÃa solo.
Lo disfruto. Esa es la parte externa del asunto. La interna es que cada dÃa me ilusiono con lo que escribo. Entiendo la literatura como una indagación de todos: escritores y lectores en la naturaleza humana. Intento aprender observando y escuchando, y leyendo más sobre cómo somos. Y después trato de compartirlo.
¿En eso los suyos ayudan o estorban?
Me he casado dos veces: es suficiente para mÃ. Y mis hijos han sido esenciales: aún me enseñan amor y paciencia. Esas relaciones de larga duración con algunas personas son lo más importante de mi vida.
Además están sus personajes.
Me fascina la doble moral: que podamos ser infieles y celosos, como en Solar.
¿Cómo logra que fascine al lector?
Hay que coquetear con su curiosidad. Tienes que lograr atraparla y que le dure bastante para que quiera quedarse contigo las 24 horas que cuesta leer una novela.
¿Cómo?
Calor humano. Además debes conseguir que tu texto se lo brinde y le acompañe. Lo primero es que se crea la novela, y para eso tiene que creerse al autor, su voz, y reconocerle autoridad en humanidad.
¿Cuál es el secreto?
Chéjov con tres frases te hace saber que estás en manos de un maestro.
En Babel:
En las nubes / Los perros negros / Amsterdam / Sábado / Niños en el tiempo / Chesil Beach/ El palcer del viajero / Expiación / Amor perdurable / Solra / Primer amor, últimos ritos (cuentos).
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