AL RESCATE DE GRACIELA CABAL
GRACIELA CABAL (1939-2004), escritora (autora de más de 50 libros dedicados a niñ@s y jóvenes). titiritera, guionista de programas de televisión. Graduada en Letras por la UBA, investigadora de temas relacionados con la literatura infantil y juvenil, la imagen de la mujer, el proceso de la creación...
Y un recuerdo personal: tenía el don del humor y la gracia para explicar conceptos fundamentales sobre la vida y la literatura.
Cuando volví a encontrar en BABEL uno de sus libros:
¿MUJERCITAS ERAN LAS DE ANTES? Y OTROS ESCRITOS - El sexismo en los libros para chicos (Sudamericana,1998),
decidí comentarlo porque viene como anillo al dedo para este momento del NI UNA MENOS.
Una mirada lúcida, inteligente sobre género y literatura , a través de la entrañable frescura de Graciela Cabal.
Y como todo aporte es bueno para continuar revisando y re planteándonos el papel asignado a la mujer (y a los hombres) por construcciones culturales transmitidas generación tras generación, transcribo algunos fragmentos de este libro.
Antes abro un paréntesis para comentar un detalle que me llamó la atención: el uso de la palabra "sexismo", que ni siquiera aparece en el título de la cubierta, ni en la anteportada; recién la descubrí (¿escondida?) en la anteportada. Una pista de las precauciones de la editorial para publicar, hace sólo 20 años, los temas referidos a "género". Un término que ahora forma parte de la vida cotidiana en medios de comunicación, en la escuela, en las familias, en las calles...
Del capítulo: LAS QUE NO ESCARMIENTAN (para tentar a la lectura completa del libro)
"...- Pero hay mujeres que no escarmientan - se indignaba mi abuela (y la vena de la frente entraba a latirle) -, y quieren hablar y adueñarse de las palabras, de todas. ¿Saben estas mujeres a qué peligros se exponen?
A que les laven la boca con jabón de perro y lavandina.
A que las acusen de embrollonas, histéricas, locas, cotorras.
A que las arrastren de los pelos a los últimos cuartos de los caserones o de los loqueros y allí las dejen encerradas.
A que las quemen en la hoguera.
Pero resulta que la condena al silencio es, de alguna manera, una condena a muerte. Porque la palabra es vida (si no hablo me muero, si no hablo reviento). Y hablar es el principal modo de autoafirmación. Y se piensa porque se habla".
Del capítulo: MUJER Y LITERATURA:
"...hablar de las que se animaron a mirarse adentro y entraron en pánico, de las que no se animaron, de las que ardieron en la hoguera junto con sus maléficos gatos, de las locas de arriba, de las locas de abajo, de las que tuvieron miedo, de las que tuvieron vergüenza, de las que aullaron de dolor, de las que parieron en soledad, de las que, en fin, no alcanzaron a decir "esta boca es mía..."
Del capítulo: MEJOR AFUERA
"...¿Y los accidentes? ¿Qué decir de los accidentes domésticos?
Ni hablar de las que caen al vacío tratando de limpiar los vidrios por el lado de afuera.
Aunque respecto de este último caso, una duda me atenacea: ¿se tratará de accidentes? ¿O las empeñosas mujeres limpiadoras de vidrios, al asomarse y comprobar que el mundo es ancho y ajeno, dicen: "¡Ma sí, yo me largo!" sin acordarse de que el volar es sólo para los pájaros?
Por eso yo sostengo:señoras, mejor afuera".
Paso a paso, las mujeres nos fuimos asomando a la calle y nos abrimos camino volando, saltando, corriendo... Hay que hombres nos acompañan; también logramos muchos de los cambios que nos propusimos y aunque todavía quedan mujeres que no encuentran la salida, en el horizonte, seguimos descubriendo infinidad de mundos posibles.
Elvira Uva
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